¿Hablamos?         ¿Nos cotilleas?     

Sería súper fácil escribir un alegato igual al que escuchamos a cada noticia y a cada tertulia virtual desde que estamos casi confinados.

“El COVID-19 es un horror, vamos a morir como chinches, las autoridades no han actuado a tiempo, la economía se derrumbará y no volveremos a abrazarnos, ni a besarnos, ni a brindar, ni a ir al cine, ni a un concierto, ni na’…” .

Pues mira, NO, ¡qué no!, qué el COVID-19 no va a acabar con las pasiones y con las cosas habituales, ni con los abrazos ni los besos, ni con el aperitivo, ni con el futbol en los bares, ni con la alegría de vivir. Eso sí, nos está haciendo ver de manera nítida que somos muy muy vulnerables y que tenemos que remodelar el modelo de la vida, incluyendo el modelo de trabajo, por supuesto.

Antes de poner nuestras ideas como “remodelos” de trabajo sí que nos gustaría rendir homenaje. Primero, a los que han muerto, porque han muerto sin merecérselo y sin comer pangolines ni murciélagos. Segundo, a los que están luchando por su vida, vamos valientes, respirad, por favor, ¡respirad! Tercero, a los que trabajan tapando como puedan sus bocas, sus ojos, sus manos y destapando con valentía y vocación lo mejor de ellos como profesionales y como personas. Para esto últimos yo creo que el COVID-19 nos está diciendo: “les pagáis una mierda y aplaudiéndoles les empuja ahora e incentiva, pero mañana seguirán cobrando la misma mierda y no tendrán aplausos, vosotros veréis.

 

El COVID-19 tiene voz, ¿o acaso no le oímos?

 

Ideas que se nos vienen a la cabeza para nuestro sector, el de la distribución y reparación de automóviles, y en estos momentos de confinamiento:

La venta online es un lugar maravilloso para interactuar con el cliente, mientras esté confinado en su casa. Cuando le liberen y salga a la calle dando saltos, cuando esté en un receso de su trabajo, cuando esté paseando y utilice su smartphone, cuando se siente en el sofá con su pareja o cuando le dé la gana. ¡Aprovechémoslo, rompamos las barreras de la pereza y combatamos la torpeza digital! Tenemos que trabajar como si el confinamiento se fuese a repetir muchas veces.

Tenemos que crecer en la comunicación social, en recursos tecnológicos y en personas que puedan hacer una conference call como si se cepillaran los dientes, con naturalidad y cercanía.

Habilitemos nuestros espacios para recibir al cliente que ya conocemos, para tratarle como si se tratase de un encuentro con alguien conocido. Como cliente amigo, o amigo cliente, depende del nivel de cercanía que consigamos.

Entreguemos los coches como si fuese el día antes al COVID-20, o al 21. Hagamos de ese momento el momento flipante, el momento de alegría.

Una cosa: ya hemos cambiado mucho el contexto espacial de los concesionarios con estas ideas, ¿no? Venga, pensad, ¿cómo serían las mesas y las sillas, los sillones, los suelos o las luces? Venga, venga, pensad, que tenéis tiempo de sobra hasta la liberación del RD.

Sigamos….

Los talleres: Si ya conocemos al cliente tanto y tan bien como para interactuar con él con la misma pasión con que aplaudimos a las 20:00 horas todos los días: ¿no deberíamos convertir el paso al taller en una experiencia cercana, empática, tranquila, sonreída y sin “muros” de por medio? ¿O seguimos casi como antes del COVID-19, dándole una de cal cuando le mendigamos para que nos compre? ¿Le rendimos pleitesía para luego, de vez en cuando y no todos, si ya…tratarle como un farmacéutico trata a esa persona con cara de pavor y pena, que un día como hoy 24 de marzo, se presenta en una farmacia diciendo: “tienen mascarillas y alcohol de romero?”Fijaos en cómo deberíamos cambiar el contacto previo a la cita de taller, el recibimiento en el taller, el contexto del espacio y todo lo demás.

El COVID-19 está enseñando también a los clientes de los concesionarios a sentirse vulnerables, a agradecer una palabra positiva, una de ánimo y a compartir con todos que de omnipotentes tenemos nada y de que un pangolín o un murciélago más guisados mira la que lían.

¡Viva el momento en el que volvamos los que volvamos! ¡Viva la rabia con la que vamos a trabajar para ser mejores personas, mejores profesionales y mejores con nosotros! No diré viva el puto COVID-19, pero sí que nos quedamos con el sabor que nos deja.

Vamos valientes, ¡seguid respirando!

 

Paco Díaz
CEO